domingo, 21 de diciembre de 2008

Reflexiones vagabundas

Solo desde la locura califican de gallardos templarios
los impunes.
Solo desde la ordinaria sal de la mente colectiva
se puede pensar que el verdadero poder
se guarda en un puño,
que la verdadera identidad se forja con el bolsillo.
No por tanto aventajar en pergaminos, sin embargo,
se prendan de hidalguía las hazañas de un ser.
Nadie se reinventa de lo que no es,
ni renace de las cenizas que no ha quemado.

Humano es el que abre su pecho tembloroso
para fundirse en el aguacero,
el que con música en el aura presiente
un cielo desgranado, un sol fragmentado en jirones,
una única entidad infinita derramada en gotas,
dispersa en espejos que reflejan
los infinitos colores de la misma luz.
La caja no es el límite absoluto.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Consagración del bosque


Indóciles huellas transforman
la espesura del bosque añejo,
arremolinan el silencio húmedo
de seres adormecidos por milenios.
Alguien ha dejado un claro abierto
para los huérfanos señalados por los círculos de sal
y miles de esporas flotando en el aire quieto,
cada una de ellas una candela
para guiar al ausente por llegar,
esquirla luminosa de los leños de otras naves,
predecesoras de este viaje, paréntesis
en el infinito de una búsqueda
que jamás ha de acabar.
Tierra y agua,
aire y fuego,
consagran la senda de un cometa
por tus cielos y tus copas,
desatan el vórtice furioso de un universo nuevo,
de palabras recogidas de todas las crecientes,
el rocío a lomo de caracol y los charcos de lloviznas.
Refulge, lucero altivo,
regálamos el cielo, que hemos de versear.

martes, 2 de diciembre de 2008

Woman in love

A Kay Corleone


Tu rosa de piel nívea desnuda
pétalo a pétalo los pliegues
de su terso vientre,
la fuente de su esencia virginal
gotea en tu regazo.
Los fuegos del quinto infierno
abren surcos de sangre para sus semillas
mientras tú mezclas tus inciensos y tu savia
con las barbas del dragón
al que crees pájaro dorado.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Los Argonautas


Viernes 28 de noviembre de 2008

Era la tarde, la tormenta y el viento norte no acababan de dirimir aún sus diferencias.
Cuatro lunas han pasado ya desde la recuperación solar. Las esporas liberadas se encienden como candiles, llevan colas de luciérnagas en sus regazos de carne vegetal. Resplandecen refractando la señal del astro luminoso para los navegantes.
Han perdido su timón, pero no tardan en llegar las nuevas coordenadas. Sin pausa se suceden las visiones hasta el inevitable y vital encuentro bajo el claro de luna. Es preciso construir las huestes, el roble sagrado se anuncia desde las entrañas florecidas de un nuevo día.
Pétalos suicidas en las pestañas del viento y una frazada de lumbres violetas para la luna verde, señalan el nacimiento.


Grupo "Los Argonautas" - Taller de Poesía y Artes Itinerante

Día mundial de la lucha contra el SIDA

sábado, 29 de noviembre de 2008

Dos poemas a mi amor

Luna de madera


La luna se desangra en tu espalda.
Luna de madera y cal
barre los espejismos de tus pestañas,
desgarra los labios fríos
de una noche blanca acunada en sus enaguas.

Luna de sal en los huesos,
de pechos magros, leche amarga.
Luna de astillas, revoltijo de arena y espinas.

Luna desangrada,
derrama soles apagados
para eclipsar la estrella en tus manos,
tensa con su gélida escarcha
la planicie de sedas en tu espalda.

Cultivo besos y luciérnagas
donde tus cabellos negros rocen
las terminales lunares
para cubrir sus inviernos con mi manto,
para darte mi amor, mi llovizna,
mis océanos extraviados,
que es todo lo que tengo, ya lo sabes.



Anochecer con lluvia


Guardo una fábrica de sueños
oculta entre las curvas de tu espalda,
en la duna ardiente de tu hombro.
Sueños intangibles que escriben sus líneas
con las yemas de tus dedos sobre mi piel.
Tus labios fértiles recitan sus diálogos,
mientras pájaros de colores
aletean en los laberintos y rincones
que se forman en las aristas,
pendientes en celo
entre mis piernas y tu sed.

Y yo simplemente,
adoro el aroma a lluvia de tu boca
desatando la tormenta sobre mí.

Algunos poemas breves


Segmento de rutas cósmicas


Soy todo lo que existe pues alcancé la sabiduría de no ser yo.
¡¡Cabe tan poco en un pronombre!!
Juana Vázquez (poeta española)


No puedo asirme de los rayos de tu luz
que rebotan en mi cántaro, rebotan y se van.
Acaso sea su destino ser fragmento, no ser ni pertenecer,
hacer parada obligada en la retina del que aspira
a diluirse en luz escurrida y desaparecer para dejar su rastro
en la renovación de los caminos.
Qué sea mi labor llevar el resplandor que el oráculo me augura,
surcaré su cielo de espejos plateados sin ser vista,
para ser yo en todos y todos en mí.

Y gestaré para ti un embrión de espuma dorada
para alimentar la serena infinitud de tu espacio.



Diciéndome


Si existen tantos cielos como estrellas,
tantos comienzos como abismos y calles sin salida,
si los pájaros insisten en ponerle alas a nuestras vallas,
y hay tanto dolor como perfumes de estaciones
que retornan empacadas en despertar nuestros vestigios,
entonces
he decidido vivir con la libertad de una gota de mar
que fluye pequeña y majestuosa, en sumisa aceptación
de las fuerzas misteriosas que la agitan,
silenciosa y trémula,
aunada al vaivén de las mareas
como las notas del canto de una ballena,
con el secreto compartido del universo
guardado en mis cimientes.



Un lecho en el mar


El mar envuelve con su manto azulino
a esa mujer que duerme sus sueños
en el fondo de su vientre blando.
Su silueta apenas se recorta en la amplitud
del silencio salado, y murmura un nombre
que jamás llegará a tus oídos.