martes, 17 de noviembre de 2009

Para las tardes

Soy un compendio de huellas dormidas,
de voces y ojos que quise en el silencio,
soy su música y su lamento,
espora que viaja
llevando en sus entrañas la más tibia primavera,
el verde rocio de las horas
que le dieron a mi corazón la forma de tuyo
y una puerta abierta por donde entra el sol
cada vez que te encuentro en mis recuerdos...

Don´t forget I still love you...
Y que las tardes
aran surcos imborrables en el alma.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Perdedora


Te dejo los angores labrados en el musgo
y una cortina de grima para ocultar
las grietas de la noche.
Te dejo mi sudor en el lodazal de sombras,
mis piernas amputadas por tu mundo de fetiches,
el impulso de palomas
anegando el campo perdedor
de tus delirios.
Fenecen los tratados de discordia,
y los aguaceros de desidia.
Amanece un sol húmedo,
un soplo de aire linfático
eclosiona el vientre
de una madrugada anémica,
demasiado larga para beberla de tu boca.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El excedente


Era una mañana como tantas, bah, no tantas, sino muy de vez en cuando, cuando amanece soleado pero fresco y es fin de año. Entonces se propuso una jornada de limpieza general en el hogar. Tirar las carpetas usadas de los chicos, vaciar las cartucheras y mochilas en busca de todo aquello que se pudiera reciclar para el siguiente año; guardar los uniformes en la caja de la ropa para la próxima temporada y revisar allí, en la misma caja, las prendas que finalmente no se usaron porque no hubo necesidad. Una buena pasada por ambas habitaciones, la matrimonial y la de los chicos. Cajas, cajones, estantes, huecos en el fondo del placard., todo debería ser bien revisado. Tirar, guardar, reciclar.
Por supuesto como todos los años dentro de lo no utilizable, había tres categorías posibles: lo que era realmente para tirar, es decir juguetes rotos, papeles fotocopiados y hojas de carpeta, lápices viejos, lapiceras gastadas, témperas vencidas; luego lo que quedaba chico o ya no se usaba por falta de interés o aburrimiento, como libros usados, manuales, zapatillas y ropa pasada de moda que principalmente se donaba a los vecinitos o primos más pequeños. Finalmente, de lo que se sacaba a la calle, una parte era destinada a las bolsas de basura lisa y llanamente y el resto se ponía en bolsas y cajas en un costado, por si a alguien le servía o le interesaba llevárselo. Aquí venían a parar los viejos frascos de cocina, cartones, algunos plásticos y también prendas de vestir y calzado que no estaban tan pasables para enviarlos con los primos.
Así la mujer pasó el día muy atareada, porque después había que guardar lo revuelto, reordenar y reorganizar las gavetas y las perchas. De paso aprovechando el sol limpió los vidrios y podó un poco las enredaderas del fondo (aunque no era mes sin erre). Luego pasó la aspiradora, pues era infernal el polverío arrancado del letargo de los estantes y las alfombras, lavó las cortinas y los alcochados de las camas y decidió, antes de baldear la casa de punta a punta y acabar con la higiene renovadora, que era buena idea cortar el pasto para ahorrarle el trabajo a su marido y dejarle un rato libre más para que descanse el domingo.
Sacó la cortadora hasta el jardín del frente, pero como también hacía falta recortar el cuadradito de pasto de la vereda, empezó por allí para luego seguir por el jardín, rejas adentro, una vez que comenzara a caer el atardecer.
Era una cortadora nueva, de cuatro ruedas y fácilmente manejable, muy diferente a la pequeña bordeadora que usaba antes de que se la robaran, que había que girar de lado a lado y que definitivamente te cansaba las rodillas y la cintura. Y lo que es peor el pasto nunca quedaba bien cortado, parejito como a ellos les gustaba, sino que dispersos por el césped siempre quedaban lamparones de pasto más corto que en otros lugares.
Luego de varias pasaditas por el verde, su hijito de nueve años se entusiasmó con la idea de foguearse con tareas de adultos y quiso experimentar con el artefacto. Feliz, como un juego, cortaba y cortaba, para adelante y para atrás. Como su emoción y su orgullo crecían a la mujer le pareció un momento para reflejar en una foto. Chocheras de madre, no más. Así que corrió hacia adentro de la casa para no dejarlo mucho rato solito en la vereda y rápidamente salió con la cámara en la mano. Era digital, no muy moderna pero de buena definición. La habían obtenido como pago de una deuda justo aquel extraordinario día cuando en la ciudad nevó. Comenzó a retratarlo en su labor que era más bien una hazaña titánica para él, sentirse por un rato en el lugar de su papá.
Estaban en ese menester cuando sucedió.
Montado en un carro de madera tirado por un caballo gris de pelo ralo iba un hombre, un muchacho casi una década menor que ella.
Cada vez que el recuerdo invade su mente, no soporta las ganas de llorar. Hubo algo en él, en su postura, en su mirada ladeada y su cabeza altiva, algo que provocó dentro suyo una reacción que después, tiempo después pudo comprender. Y por ese sentimiento perturbador fue que ocurrió la desgracia.
Al pasar por delante de ellos con su carro y su caballo, el joven orientó su mirada hacia el niño jardinero y la mujer que sonreía recostada sobre el portón abierto de su casa. Ella sostenía la cámara en su mano y con un gesto poco sutil al notar el interés del hombre, la escondió detrás de su espalda poniendo su mano en asa en la cintura. Ay, sí… todavía las mismas ganas de llorar cada vez que lo recuerda…
No tenía miedo de él, no se escondía de la amenaza de que tomara lo que le pertenecía, de que le arrebatara algo. Estaba segura de que no era su intención. Siempre creyó que un hombre que se sube a un carro o que lo arrastra por toda la ciudad para juntar cartones o latas de aluminio es alguien que sale a trabajar, no a robar. Pero ahora no sabía que era peor, si el miedo o la vergüenza… Porque fue vergüenza lo que sintió aquella madre impregnada de polvo, pasto y lavandina. Vergüenza de tener una cámara digital y una cortadora de pasto nueva, vergüenza de tener tiempo para inmortalizar momentos frívolos, de tener cosas para tirar y dejar “gentilmente” para que alguien más se las lleve. Vergüenza y un dolor que solo su garganta y sus tripas entienden cada vez que recuerda su imagen… la de ella, no la del muchacho del carro.
Seguido al gesto, él le devolvió una sonrisa mezcla de burla y de desprecio, y una mirada muy intensa donde la mujer pudo verse reproducida como en un espejo convexo: distorsionada, deforme, monstruosa.
Hizo diez pasos con su caballo, sacó de su bolsillo un cigarro y le pidió fuego a una parejita de adolescentes que caminaba abrazada por la misma vereda. Luego se alejó de allí, de la mujer de la cámara escondida y de la silenciosa conspiración del excedente envuelto en bolsas
y cajas.

martes, 11 de agosto de 2009

Apenas espejismo


Si digo que soy mar, no te sorprendas,
o si te digo que mi cuerpo es apenas una línea
que se confunde hasta borrarse, allí
donde las aguas se encuentran con el cielo
para descarnarse en un encuentro
que no es roce ni unción,
sino espejismo.

sábado, 1 de agosto de 2009

La creciente


No arrancarán nada de mí.
Tengo tres palabras vivas en un lunar de agua mansa
y un rosario de verbos desandados
delineando el contorno de este cuerpo
al que he llamado fe.
No hallarán mis esperanzas
la oscuridad de los cadalsos.
Cuando mi corazón cavile,
cuando las tempestades avancen
y el caos amenace con sentenciar
silencios sobre mi garganta,
allí estaré,
envolviendo la creciente con las letras de tu nombre,
intacto el himen de mis sueños
hasta consumar su amor con el mañana
en la piel de una promesa,
hambrienta de ver la luz de las verdades
en los ojos de un niño.

jueves, 4 de junio de 2009

De la sabiduría más antigua


**BREVE**

Un SUTRA Hindú:
"Se dice que en el cielo de Indra hay una red de perlas,
dispuestas de tal manera que, si miras una de ellas, ves reflejadas todas las demás"



Si hasta mueren las estrellas
y sus cuerpos encendidos se evaporan
poblando de lenguas gaseosas
los páramos sin habla
tendidos como únicas sendas
entre todos los mutismos,
porque no habrían de morir mis besos en tus frente,
y consumirse la brevedad de un yo
tan diminuto en los labios de un nosotros.

Inspirados en palabras prestadas


***PROPÓSITO***

La esperanza nos aguarda, pero en un abismo (M. Benedetti)

Voy a mecerme en los milagros
que solo tienen de testigos al silencio,
vibrar los colores de una wipala,
no sea caso que la nada me devore las pupilas.
Voy a arder en las entrañas del asombro,
ser carne de sueños y soltarme
trémula sonriéndole al abismo.


Es propósito creer,
amar hasta el estallido.
Elijo de todos los sinsentidos
el más absurdo,
pues hemos de morir de todas formas.

lunes, 18 de mayo de 2009

Misión cumplida

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mario Benedetti





Misión cumplida...

Chau querido Mario... gracias por el fuego***

domingo, 10 de mayo de 2009

Poesía de otoño, pero con el color de la esperanza

Tu mano, esa, la que me convoca

Como aljibe en tu vientre,
como lumbre de tus sombras
me designo.

Y digo que me tienes, pájaro gris,
porque cuando me habitas
migran las estrellas a mis grietas
y soy galaxia
a la espera de tus dioses.
Soy tu mano, esa
que escribe mi cuerpo de colmena
y me trae a tu puerto moribundo
con los ojos redimidos,
la que intuye el rocío que condensan
los glaciares de mis noches
y fragua los contornos abismales
de mi boca malherida
cada vez que el silencio muere
arrancado de mis labios,
ardiendo en el roce oculto de tu copla.

Y digo que me tienes, amor mío,
y que no te pido nada sino el aire.

Soy una,
quieta, en tu mirada de naufrago,
si en este ensamble de colapsos
es tu aliento forajido
el que funde mis partes rotas,
si deshilvanas tu suspiro desquiciado
en la estepa de mi piel
y tu mano de trazos sangrantes
me convoca.


El lado oscuro de la luna

¿Cuál es el nombre que un astronauta
puede dejar en el suelo lunar? .- Carina Brzozowski-.

En el lado oscuro de la luna
los cucos han sazonado de óxidos
los valles poblados de silencio.
Una tensa espera fragmenta las galaxias.
Espera amarilla de fiebre,
verde de piel intoxicada,
cal en los labios del olvido
agrietando las falanges de una última esperanza.
Todo orbita sin quejidos.
Es eco de hambre
el tañido en el vientre de la luna y sus aldabas,
el vacío ahoga su respirar de hoguera,
su melena de obsidiana sujeta en el misterio del absurdo,
menguando las raíces de un adiós.
Todo orbita sin reclamos
y se desviste de promesas
acariciando la cara más ardiente
del sol.

Abril de 2009

miércoles, 6 de mayo de 2009


Este es el rostro que conocieron tus compañeros de lucha, aquellos que te precedieron en tu paso a la eternidad, para ellos, para vos, mis respetos y este homenaje

Un poema de Mario, para Mario***

SI DIOS FUERA MUJER

Si Dios fuera una mujer ¿y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman



¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.


Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.


Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.


Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.


Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.



En homenaje al dramaturgo brasileño recientemente desaparecido, por haber sido referente y motor de tanto arte.

Alimento, senda, espera...


***A la compañía de teatro "El infierno de los vivos" por su obra "¿Qué onda con Borges?"***



Cielos se parten para derramar piedras

de espanto sobre el manto herido

de una ninfa de su magia despojada.

Versículos de aguarrás subscriben su culpa

en libros firmados por la pluma de jueces,

almas de muro en ilegítima instancia.

Sin vanidades, reserva su sensibilidad

a la búsqueda de una copa que se fíe

de ser vertida lejos de las fauces del abismo.

No habrá de ser espejismo

su mirada de mares helados

ni horizonte perdido la senda que su pie desnudo

dibuje con el roce de su silencio de tormentas

sobre el rostro de este mundo de vacíos.

No será su cuerpo ni su ceniza remanente

alimento para el fuego subterráneo

donde encienden sus vísceras los ciegos

y laceran con sus dientes la belleza de una flor

los burgueses y los cínicos,

cambiando por humo ácido el aliento liberado,

tiñendo de alharaca el quejido de un alma

olvidada en el armario, arrojada lejos,

donde intercambian su mutismo asombrado

los amaneceres a la espera de un milagro.

lunes, 2 de febrero de 2009

6 mil millones


Dejame llorar, lo necesito,
abrazame nada más.
Que si me acongojan los ojitos huecos
de una sombra solitaria en las puertas del local
viendo pasar la sordidez de su exclusión
en bandejas de comida rápida…
no me regañes, dejame llorar…
Si lloro sobre el agua derramada,
no te rías de mí,
o por el precio que hay que pagar
por cuatro ruedas elegantes
en cómodas cuotas de calentamiento global.
O si me conmueven los sueños arrasados
por los burkas, los muros,
los códigos de muerte,
la pobreza, la maldad.
Si tengo la garganta raspada
de tanto tragar la sed de los náufragos,
el sudor de un misil sobre la espalda.
Tal vez no sepas que mi llanto
es el mar que se devora mis razones de existir,
que caber en este rompecabezas absurdo
me derrumba, me hace daño.
No me retes,
es que no… no es que no agradezca lo que tengo,
ni aprecie las oportunidades que la vida a diario nos da,
no tiene nada que ver
con cuanto valoro tu trabajo, tu esfuerzo.
No te ofendas si te digo
que no se trata del derecho que tenemos
sobre lo que podemos pagar.

Es que no hay derecho… ¿lo entendés?
Y si no podés entenderme entonces
sólo dejame llorar,
en este mundo hay 6 mil millones de otros…
¿Sabés lo que significa?

lunes, 5 de enero de 2009

Fragmentos de taller


*-PALABRAS-*

Las palabras mágicas
brotan de estas rondas
y son puentes luminosos que anudan nuestro pálpito,
la revelación se derrama
y el verso liberado
es brújula enclavada
en locas coordenadas que se encauzan
a la luz.




*-ÁRBOL-*

Sé árbol en primavera, amor mío,
olvida el borrón que el vacío del invierno te dejó.
No cedas ante la tentación de guardarte
en las celdas de tus corazas.
Clama desde el vórtice de tu silencio vivo,
deshabita las veredas de las voces marchitas,
con valor, grita,
y enciende serpentinas de fuego
para coronar las cumbres de este mundo
que tanto nos ha obsequiado.



junio de 2008, del taller del Grupo Austral