Casi que la noche se enreda en mi pelo,
se trenza en guirnalda atada a mi cintura.
La llevo suave para que no se me note en los pasos
cuando atravieso el pasillo.
Siento los cascabeles prendidos a mis talones,
se encienden para guiarme a vos
cual luciérnagas,
una vez caídos los velos oscuros
tras el cristal.
La noche se enreda en mi pelo
y se despende de mi como nubes
en la vigilia.
Pero que más da...
tu voz me llama y yo, toda la noche,
soy vigía en alerta,
con mi cuerpo de humus y néctar
y una canción de cuatro letras
mansa en la boca.
esquiva
Hace 4 días